RECOMENDACIÓN. Una dieta variada y equilibrada es la clave para una buena salud, los suplementos nutricionales pueden complementar una alimentación bien planificada.
¿CUÁNDO UTILIZAN? Desde la infancia hasta la adultez, una nutrición adecuada, es esencial, pero cuando existen o necesidades especiales, los suplementos pueden ser aliados.
ACOMPAÑAMIENTO PARA EL BIENESTAR. El uso de suplementos debe estar siempre supervisado por un profesional de la salud, quien evaluará la necesidad real y la dosis adecuada.
COMPLEMENTO. Una dieta equilibrada es clave para el desarrollo, el profesional de la salud puede recomendar suplementos para satisfacer necesidades nutricionales específicas.
La base de una buena salud comienza con lo que comemos una alimentación balanceada, rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables, proporciona al organismo los nutrientes esenciales que necesita para funcionar correctamente sin embargo, en muchos contextos -por limitaciones económicas, hábitos saludables o situaciones específicas- no siempre se logra cubrir completamente esos requerimientos en estos casos, los suplementos nutricionales pueden actuar como un refuerzo útil, aunque nunca deben considerarse como un sustituto de una dieta adecuada durante la infancia, el cuerpo y el cerebro crecen a un ritmo vertiginoso esta etapa es crítica para establecer las bases de la salud futura si bien la lactancia materna y una alimentación complementaria variada son fundamentales, hay situaciones en las que los niños no reciben todos los micronutrientes necesarios organismos como la OMS y UNICEF recomiendan, en estos casos, el uso de suplementos de hierro, zinc o vitamina A para prevenir anemias, infecciones y problemas en el desarrollo cognitivo, guiadas de un especialista médico que analice las necesidades nutricionales en cada caso. No obstante, el objetivo debe ser siempre fortalecer la alimentación diaria incluir la dieta familiar alimentos ricos en hierro (como carnes rojas o legumbres), vitamina A (como zanahorias y hojas verdes) o zinc (como huevos y cereales integrales) es clave los implementos solo deben entrar en juego cuando hay deficiencias identificadas o factores de riesgo nutricional en adolescencia y adultez, las necesidades nutricionales cambian, pero la premisa se mantiene: comer bien es el primer paso.
Aun si, hay etapas en que el cuerpo puede requerir un apoyo adicional: el embarazo, el envejecimiento, las dietas restrictivas o ciertas enfermedades crónicas pueden dificultar la absorción o el aporte de nutrientes como la vitamina D, el calcio, el magnesio o la B12 en estos casos, los suplementos pueden ser una herramienta complementaria para mantener la salud ósea, prevenir la anemia o proteger la función cognitiva es importante resaltar que la suplementación debe ser personalizada, guiada por un provisional de la salud y basada en una evaluación previa a veces, una mejora en la calidad de la dieta es todo lo que se necesita para corregir una deficiencia en la vejez, por ejemplo, el cuerpo pierde eficacia en la absorción de ciertos nutrientes, lo que puede derivar en pérdida de masa óseo, disminución de energía o deterioro cognitivo aquí, más que nunca, es fundamental combinar una alimentación adecuada con suplementos estratégicos que acompañen los cambios del cuerpo, siempre bajo supervisión médica en resumen, la alimentación balanceada es y debe seguir siendo el pilar central de una vida saludable. Los suplementos nutricionales, cuando son necesarios, deben entenderse como una red de apoyo y no como una solución aislada, en lugar de reemplazar a los alimentos, complementan su acción, ayudando a cerrar brechas puntuales y a sostener el bienestar a lo largo del tiempo.
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